martes, 16 de agosto de 2011

El Pinot Grigio


El Pinot Grigio ha logrado colarse en casi todos los anaqueles de vino del mundo. Sería raro ir a cualquier expendio de vinos y no encontrar una de sus variedades. En particular, el Pinot Grigio italiano nos sedujo con su suavidad, extraordinaria frescura, sus tonos afrutados, su menor contenido de alcohol y su bajo impacto al bolsillo.

Hay dos razones de la popularización del blanco italiano. Una es la decisión de plantar la uva sobre grandes extensiones de terreno plano, sobre todo al noreste del país, que facilitan la vendimia mecánica y reducen costos de producción y venta. Otra, es la fuerza de mercadeo y ventas que han desplegado las mega compañías Cavit y Mezzacorona. El resultado es la acogida generalizada de un vino suave, fresco y a muy buen precio, que nos permite disfrutar más momentos y comidas.

Aunque el más popular sea el italiano, el Pinot Grigio es la misma uva Pinot Gris de Alsacia, Francia, donde se originó. Allí su sabor es algo más intenso, dando vinos más complejos, de cuerpo medio y tonos algo florales. La intensidad no solo dependerá de la tierra, sino del manejo y secado de la uva antes de la fermentación.

Además de emigrar a Italia, Pinot Gris se ha extendido con diferentes nombres a distintas regiones de Europa y Asia. Se da mejor en zonas templadas. En América, tanto en California como en Oregón, alcanzó también el éxito manteniendo ambos nombres. Sus vinos son de cuerpo medio y algo más complejos que los italianos.

Las tonalidades a la vista, al olfato y al gusto del Pinot Grigio/Gris suelen variar. La mayoría de los italianos son más claros, suaves y neutros. Dominan la pera, la manzana, el melón y los cítricos. En los más complejos de otras regiones, se suman matices minerales y florales al olfato y al paladar, así como un color más intenso. Estos últimos aguantan algún tiempo de guarda, a pesar de que, en general, es preferible consumirlos jóvenes.

La frescura de este vino la proporciona la acidez de la uva que armoniza extraordinariamente con platos ligeros, pescados, mariscos y pastas delicadas. Los más complejos se disfrutan mejor con carnes blancas como pavo, conejo y pollo. La acidez corta la grasa, así es como también complementa platos con cremas blancas a base de leche y las quiches. Los aperitivos y climas cálidos claman por este néctar.

Dos son los elegidos entre los 100 mejores del 2010 según el Wine Spectator:

- Pinot Grigio Attems, Venezia-Giulia, 2008, con 91 puntos
- Pinot Gris, Elk Cove, Willamette Valley, 2009, con 90 puntos.
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Momentos “light” los necesitamos todos. La nota del verano es la frescura. Es hora de destapar una y disfrutar… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta
José Luis Estela

“Lo bueno del vino es que durante dos horas los problemas son de otros” Pedro Ruiz

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