viernes, 9 de septiembre de 2011

La paella y el vino

Paella es un término que nos hace evocar festejo, diversión, alegría. Millones de personas la disfrutamos en cualquiera de sus versiones, la original valenciana y las otras múltiples variantes que han surgido en España y alrededor del mundo. Armonizarlos con el vino no solo potencia los sabores de la paella, sino también los ánimos del festín.

El término paella viene de la especie de sartén en el que se cocina. El platillo original es de Albufera, Valencia-España; cuyos ingredientes, además del arroz de la zona, son el conejo, el pollo y los caracoles de tierra. La riqueza de las huertas valencianas han enriquecido este plato, que hoy vemos tan extendido en variopintas versiones a la marinera, mixta con cerdo, etc.

Armonizar la paella es relativamente sencillo. Aunque varíen los tipos de carnes y los grados de untuosidad o grasas, la fórmula nos pide equilibrar con vinos jóvenes, secos y frescos. Pero como siempre, en el caso de los maridajes, las fórmulas no son únicas y generalizadas, menos considerando que las variantes de la paella, como los gustos personales, son ilimitadas.

Más que elegir un tipo de vino, valdría la pena experimentar con al menos dos alternativas y comparar. Es la mejor manera de definir nuestras preferencias.

Entre ellas sugerimos:

1) Rosados de medio cuerpo para todos los tipos de paella.
2) Espumantes secos: rosados y blancos.
3) Tintos ligeros: Tempranillo, Pinot Noir-Borgoña y Merlot suave, sobre todo para las que contienen pollo y cerdo.
4) Blancos secos que no hayan pasado por barrica: Sauvignon Blanc y Chardonnay.

En todo caso, el ingrediente indispensable es las ganas de disfrutar… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta
José Luis Estela

“…cuando se acerca esa fuente humeante y aromática llena de esos pequeños y perlados granos, quizás teñidos por algún ingrediente y acompañados de simplezas; de eso se trata, el arroz es simple y sus compañías deben ser ídem”.
Augusto Saracco

viernes, 2 de septiembre de 2011

El Torrontés


Cuando hablamos del vino argentino, el tinto Malbec es el que despunta. Y, abriéndose camino por sus tonos firmes y aromáticos, lo secunda el blanco Torrontés, que cada vez más seduce a los paladares internacionales.

Aunque hay un Torrontés que se origina al noroeste de la Península Ibérica, las variedades de Argentina se consideran autóctonas. Es por mucho la uva blanca más plantada y más distintiva del país. Domina el 20% de las ventas de vino en Argentina.

Hay tres variedades de Torrontés argentino, el Riojano, el Sanjuanino y el Mendocino. El que más aceptación ha tenido por su creciente calidad es el Riojano. Salta, al noroeste del país, es reconocida por su excelente producción.

Torrontés es un vino que sorprende al destapar la botella por sus exuberantes aromas florales y herbáceos. Hay quienes lo han comparado a abrir un frasco de perfume. A algunos solía aturdir y desilusionar por el sabor subsecuente y algo de amargura que dejaba al final. Sin embargo, en los últimos años el Torrontés ha mostrado determinación para crecer, evolucionar y sofisticarse. Hoy encontraremos vinos balanceados, de medio cuerpo, con tonos de albaricoque, cítricos y frutas blancas, secos y con algo de acidez que les da frescura.

Si es amante de los Chardonnay y los Moscatos, esta es una gran opción. Estos son considerados vinos más apetecidos por mujeres. Sin embargo, un buen Torrontés será un excelente acompañante de comidas chinas, fusiones asiáticas, platillos mexicanos, quesos suaves y fuertes, carnes blancas y pescados o mariscos.

Si el acento, los gauchos, los chés y el Malbec son considerados emblemáticos de Argentina, hoy el Torrontés nos abre generoso sus aromas y sabores autóctonos.

Aprovechando lo que queda del verano en el norte, queda invitado a degustar, comparar y disfrutar… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta
José Luis Estela


“El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual”.
Charles Baudelaire

viernes, 26 de agosto de 2011

Maridajes discordantes

Hay uniones felices y las hay nunca correspondidas. Muchas veces creemos que la comida o el vino están defectuosos y la realidad es que la combinación resulta repulsiva. Como bien dijo Taylor Eason, es como tomar jugo de naranja o leche después de cepillarse los dientes. Hoy veremos algunas desarmonías frecuentes en el mundo de la gastronomía y el vino, que son preferibles evitar.

1) Espárragos, coles de Bruselas y brócolis: poseen sabores dominantes y liberan compuestos sulfurosos que repelen cualquier vino. Hay quienes se aventuran a opacarlos con vinos tánicos como el Cabernet Sauvignon. Pero opacar no es realzar o enriquecer. Si ya el plato está servido, es preferible tomar agua por vino justo después.
2) Vinagre: Cualquier ensalada o plato en el cual domine el vinagre mata a cualquier vino. Al igual que en el punto anterior, agua sería una mejor opción.
3) Pescados blancos y escamosos: Hay quienes piensan que el mejor vino blanco es un tinto. Pero en el caso de estos pescados delicados, los tintos fuertes como el Cabernet Sauvignon o Shiraz, pueden no solo opacar al pescado, sino también agriar su sabor.
4) Queso azul: Si piensa que el sabor fuerte de los azules es indomable, no intente aparearlo con un Sauvignon Blanc. Es preferible casarlo con un afrutado dulce, que con es un afrutado seco que lo agriará.
5) Picantes: Hay picantes de picantes… Los más aromáticos que realzan el sabor de algunas comidas podrán encontrar pareja. Pero si está por quemarse las papilas gustativas con chiles fuertes, no malgaste ninguna botella de vino para acompañarlos. ¡Es preferible tomar leche!
6) Tortas “pound cakes” o bizcochos: suelen ser muy dulces y, aunque en ambientes festivos solemos acompañarlos con espumantes o champañas secas, estas suelen añadir algo de amargura a la mezcla.

Definitivamente, hay siempre elementos que es preferible no tenerlos juntos y menos revueltos. Sin embargo, en este tema no existen reglas rígidas y de lo único que se trata es de lo que nos guste o no a cada uno. No tiene sentido recomendar un blanco seco y ácido con un pescado, a quien le disgusta este tipo de vinos.
Afortunadamente, las posibilidades de armonías y de placer son infinitas… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta
José Luis Estela


“Si no hay armonía, sólo se es un técnico en cualquier cosa”.
Albert Einstein

viernes, 19 de agosto de 2011

El aumento del grado de alcohol de los vinos


Los medios de comunicación que cubren el mundo del vino han logrado crear una gran corriente de opinión con respecto al supuesto aumento del grado de alcohol de los vinos que están saliendo al mercado. La Asociación Estadounidense de Economistas del Vino acaba de publicar un extenso estudio acerca de la veracidad del tema, del porcentaje mostrado en las etiquetas, del impacto de los cambios climáticos y la intención de los productores de acuerdo a las exigencias de sus mercados.

La inquietud surge del aumento real del nivel de azúcar de las uvas de California, que necesariamente se traduce en mayor alcohol y que no siempre se menciona en las etiquetas. Las regulaciones estadounidenses permiten un mínimo de flexibilidad que beneficia a los productores y vendedores, ya que pagan menos impuestos por bebidas con menores grados de esta sustancia etílica.

El estudio se realizó analizando datos de 129,123 muestras de vino de cosechas efectuadas a lo largo de 18 años (1992-2009). Los resultados empíricos son interesantes.

Efectivamente, ha habido un aumento a escala mundial del nivel de alcohol en los vinos, que varía sistemáticamente según cada variedad de uva y cada país. El aumento es menor en los vinos blancos que en los tintos, y es menor en el viejo continente en comparación con los de América.

Parte de este aumento se debe a la maduración temprana de la uva debido al calentamiento global. No obstante, la causa mayor parece estar en la intervención de la mano de los productores que se benefician de un mercado que se inclina por vinos de sabores más intensos a fruta madura.

El contenido de alcohol más bajo reflejado en las etiquetas también es consecuencia de las preferencias que los productores perciben de sus compradores. Los vinos europeos tienden a tener un promedio de 0.39º de alcohol más de lo que enuncian sus rótulos, mientras que en toda América ascienden a un promedio de 0.45º.

Queda por investigar el grado de consciencia de los consumidores y su comportamiento real frente a etiquetas que distorsionan la información del contenido alcohólico; así como su impacto económico.

El mundo sigue haciendo historia… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta
José Luis Estela


“Un poco de vino a veces, eso es todo. Mucho alcohol es malo”.
Bob Marley

martes, 16 de agosto de 2011

El Pinot Grigio


El Pinot Grigio ha logrado colarse en casi todos los anaqueles de vino del mundo. Sería raro ir a cualquier expendio de vinos y no encontrar una de sus variedades. En particular, el Pinot Grigio italiano nos sedujo con su suavidad, extraordinaria frescura, sus tonos afrutados, su menor contenido de alcohol y su bajo impacto al bolsillo.

Hay dos razones de la popularización del blanco italiano. Una es la decisión de plantar la uva sobre grandes extensiones de terreno plano, sobre todo al noreste del país, que facilitan la vendimia mecánica y reducen costos de producción y venta. Otra, es la fuerza de mercadeo y ventas que han desplegado las mega compañías Cavit y Mezzacorona. El resultado es la acogida generalizada de un vino suave, fresco y a muy buen precio, que nos permite disfrutar más momentos y comidas.

Aunque el más popular sea el italiano, el Pinot Grigio es la misma uva Pinot Gris de Alsacia, Francia, donde se originó. Allí su sabor es algo más intenso, dando vinos más complejos, de cuerpo medio y tonos algo florales. La intensidad no solo dependerá de la tierra, sino del manejo y secado de la uva antes de la fermentación.

Además de emigrar a Italia, Pinot Gris se ha extendido con diferentes nombres a distintas regiones de Europa y Asia. Se da mejor en zonas templadas. En América, tanto en California como en Oregón, alcanzó también el éxito manteniendo ambos nombres. Sus vinos son de cuerpo medio y algo más complejos que los italianos.

Las tonalidades a la vista, al olfato y al gusto del Pinot Grigio/Gris suelen variar. La mayoría de los italianos son más claros, suaves y neutros. Dominan la pera, la manzana, el melón y los cítricos. En los más complejos de otras regiones, se suman matices minerales y florales al olfato y al paladar, así como un color más intenso. Estos últimos aguantan algún tiempo de guarda, a pesar de que, en general, es preferible consumirlos jóvenes.

La frescura de este vino la proporciona la acidez de la uva que armoniza extraordinariamente con platos ligeros, pescados, mariscos y pastas delicadas. Los más complejos se disfrutan mejor con carnes blancas como pavo, conejo y pollo. La acidez corta la grasa, así es como también complementa platos con cremas blancas a base de leche y las quiches. Los aperitivos y climas cálidos claman por este néctar.

Dos son los elegidos entre los 100 mejores del 2010 según el Wine Spectator:

- Pinot Grigio Attems, Venezia-Giulia, 2008, con 91 puntos
- Pinot Gris, Elk Cove, Willamette Valley, 2009, con 90 puntos.
-
Momentos “light” los necesitamos todos. La nota del verano es la frescura. Es hora de destapar una y disfrutar… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta
José Luis Estela

“Lo bueno del vino es que durante dos horas los problemas son de otros” Pedro Ruiz

sábado, 18 de junio de 2011

Viticultura sostenible

Expertos mundiales del III Congreso Mundial del Cambio Climático y el Vino en Marbella, España, así como los de la reciente conferencia de la Federación Española de Vino en Barcelona, coinciden en que es necesario “dejar de lado el mercadeo verde o ecológico” y abordar la sostenibilidad de la producción vinícola como una necesidad de primer orden. Cada vez más, evidenciamos el compromiso serio de los líderes de la industria en este campo.

Consciente del impacto de los cambios climáticos sobre el medio ambiente, la subsistencia humana y la especial sensibilidad de la uva frente a estas variaciones, el gigante del vino Torres ya tiene presupuestado 10 millones de dólares para invertir en bodegas sostenibles que reduzcan la producción de CO² en un 30% para el 2020. Su líder, el español Miguel Torres, logró también aglutinar 1000 bodegas españolas que lucharán para disminuir las emisiones de carbono en un 20%, haciendo de España pionera en este tipo de iniciativas. La meta es extenderla a todos los países vinicultores.

Por otro lado, el australiano Richard Smart, conocido como el “doctor de las viñas”, ha declarado que algunos conceptos orgánicos y biodinámicos no tienen sentido. Para él, existe un contrasentido, ya que los productores de vino deshacen todas las bondades que regalan los viñedos a la atmósfera al no retener el contaminante CO² que produce la fermentación de las uvas. Smart promueve activamente la necesidad de encontrar la forma de capturar las emisiones de carbono, recobrar los volátiles y regresarlos al vino.

Asimismo, Smart ha previsto durante años que las áreas de mayor riesgo para la producción de uvas son las más cálidas. Ha sugerido investigar las variedades que mejor se darían bajo circunstancias extremas y aumentar el desarrollo de ciertas variedades en tierras más frías.

Siguiendo esta línea, ya Demeter que reúne a 26 bodegueros y 31 grupos de investigación españoles impulsados por Miguel Torres, están estudiando en ambientes controlados el impacto del aumento de la temperatura y la escasez de agua en el desarrollo de ciertas uvas. Esperan resultados en el 2012, pero observaciones apuntan a que, entre el Tempranillo, el Albariño y el Verdejo, la más afectada por los cambios climáticos es el Albariño y la más resistente es el Tempranillo.

Bien sea la lucha contra los cambios climáticos o la adaptación a estos, más allá del sello orgánico de la etiquetas, el desafío ya está siendo asumido para reducir las emisiones de carbono, utilizar energías renovables, conservar la biodiversidad y limitar el consumo de químicos. No sólo se benefician los seres humanos, la tierra, sino también la economía.

El mundo podrá seguir creciendo saludablemente… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“In vino veritas” (“En el vino está la verdad”)
Plinio

miércoles, 8 de junio de 2011

Los jóvenes y el vino

En su nuevo libro “Nación Alcohol: Cómo proteger a nuestros hijos de la cultura actual de la bebida”, el reconocido científico estadounidense radicado en Londres, Dr. Aric Sigman, hace un llamamiento para evitar el consumo de alcohol hasta pasados los 24 años de edad, cuando el cerebro ya está completamente desarrollado.

Según el Doctor en Biología, miembro de la Sociedad Real de Medicina y de la Sociedad Británica de Psicología, una modesta ingesta de alcohol por parte de adolescentes y jóvenes puede conducir a un menor funcionamiento intelectual en edades posteriores, al igual que a una perjudicial alteración de genes.

Esta llamada puede resultar inquietante para los miles de padres amantes del vino que consideran favorable la costumbre de introducir poco a poco a sus hijos menores a las bondades de este néctar; y así evitar que por la curiosidad o la rebeldía natural, sus chicos terminen corriendo los riegos extremos de las cada vez más extendidas intoxicaciones etílicas. Para Sigman, la “adoración sicopática” de los británicos a esta costumbre francesa, no ha funcionado a favor de los jóvenes.

El autor, quien ha creado polémicas con otras publicaciones donde afirma también el peligro del uso de las redes sociales por parte de los adolescentes, apela a resultados científicos para demostrar cómo se crea desde muy temprana edad la conexión cerebral del alcohol con el placer y el disfrute. Mientras más jóvenes son los consumidores, mayores son las probabilidades de presentar problemas con el alcohol en el futuro, sean físicos, emocionales, intelectuales y sociales.

Frente al mito de las ventajas de iniciar a los adolescentes en el mundo del vino y otras bebidas, el autor evidencia el creciente problema del alcoholismo infantil y juvenil, la alta incidencia de cirrosis hepática en mujeres jóvenes y, en general en países como Francia, así como el daño en las áreas cognitivas. El fin último es urgir a los padres a abordar nuevas políticas educativas con respecto al consumo de alcohol.

Ya habrá tiempo de aprender a disfrutar sanamente de una buena copa… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“A donde entra mucho vino todos los vicios hacen camino.”
Refrán

viernes, 3 de junio de 2011

Proyecciones del mundo del vino

Vinexpo 2011 celebra su trigésimo aniversario en Burdeos, Francia, del 19 al 23 de junio. Tras realizar un estudio global junto al Equipo Internacional de Investigación de Vinos y Licores, este año compartirá interesantes cifras con respecto a la evolución del mercado internacional del vino.

A pesar de las heridas que sufre la economía mundial y la precaria situación de empleo de millones de personas, la industria del vino sigue creciendo, sobretodo en Estados Unidos, que ya destronó a Francia como primer país consumidor de vinos y se espera que para el 2012 alcance el primer lugar.

Según declaraciones de Robert Beynat, CEO de Vinexpo, las proyecciones apuntan a que en los próximos diez años, Estados Unidos habrá aumentado su consumo tres veces más rápido que el promedio mundial. Para el 2014, el consumo en el país crecería 9% más.

Wine Enthusiast reporta que en el último quinquenio, los estadounidenses aumentaron casi un 11% el consumo de vinos importados y se espera que este patrón continúe. Los vinos llegan de Italia, Australia, Francia y Chile, mayoritariamente. Pero es Argentina quien más aumentó su espacio en los anaqueles, con un crecimiento del 114% en sus exportaciones a los Estados Unidos.

Durante el quinquenio pasado, la producción mundial de vino disminuyó en Francia e Italia. China, por su parte, sigue abrumándonos con su crecimiento. Si sigue a ese ritmo, se espera que para el 2014 el aumento de su producción alcance el 77%.

En cuanto al movimiento de exportaciones en general entre el 2005 y 2009, Italia y Australia mostraron mayor crecimiento, mientras que Francia decreció sus exportaciones en un 1%. Los investigadores proyectan que Italia tomará el primer lugar el próximo año.

Estados Unidos sigue abriéndose camino. La exportación de sus vinos creció un 29% al Reino Unido, seguidos por Italia y Canadá.

El mundo continúa girando sin descanso… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“El buen vino es una necesidad de vida para mí”
Thomas Jefferson

viernes, 27 de mayo de 2011

Petite Sirah

En un juego de palabras con el Syrah o el Shiraz, el Petite Sirah tiene muy poco de petit y sí mucho de Durif. No esperemos que su uva sea delicada ni muy parecida al Syrah o Shiraz. Para regodeo de sus aficionados, redunda en un vino más fuerte y corpulento a la vista, al olfato y paladar.

A pesar de su misterioso origen, esta uva nació en Rhône, Francia, y los estudios de ADN muestran que viene de un cruce entre el polen del Syrah y la uva Peloursin. Fue bautizada Durif, apellido de quien desarrolló su cultivo, hoy casi extinto en su tierra natal. Petit Sirah encontró el éxito en el nuevo mundo, fundamentalmente en California, USA, y en Australia. También la encontramos en Argentina, Chile e Israel.

Petite Sirah es una uva resistente. El petite o pequeño viene del tamaño de la uva y no de la vid. Es además de piel gruesa y especialmente vigorosa. Produce vinos de color intenso y profundo, con tonos decididos a ciruela, frutos oscuros del bosque y pimienta negra. Se destaca por sus fuertes taninos que le regalan la posibilidad de más de 10 y 20 años de guarda.

Si bien encontraremos vinos de Petit Sirah exclusivamente o varietal, su cultivo responde más a la necesidad de enriquecer o complementar otras variedades para producir vinos. Se usa para aumentar la intensidad de color y los taninos de otras uvas, como el Zinfandel y el Cabernet Sauvignon, entre otras.

Un buen plato de carne roja, asada o guisada con ricas especies y pimienta negra, armonizarán estupendamente con el Petit Sirah. No es un vino para disfrutar con aperitivos y platos de delicado sabor. Es el vino que necesita que le abran paso y lo hagan esperar. Se parece al dicho de los perfumes. El Petit Sirah viene envasado en una uva pequeña pero resulta imponente al paladar.

Tan imponente como la vida misma… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“El buen vino no necesita límites”
William Shakespeare

viernes, 15 de abril de 2011

Syrah o Shiraz

Si bien los nombres nos pueden transportar a una fantasía y mil leyendas en Persia, las investigaciones apuntan a que la uva tinta Syrah o Shiraz es de origen francés, al norte del Rhône. Es el fruto del cruce de Dureza y Mondeuse Blanche. Y tal vez no será al Medio Oriente, pero no podremos evitar que los aromas y sabores de sus vinos nos arrastren hacia alguna otra dimensión.

Syrah y Shiraz denotan la misma uva y se diferencian de la Petit Syrah, de la que hablaremos en otra ocasión. Syrah se utiliza en Europa, en casi toda América y nueva Zelanda; mientras que en Australia y Sudáfrica se le reconoce como Shiraz.

La uva crece con facilidad en climas menos fríos y produce vinos fáciles de tomar, desde los más frescos a los más intensos y con cuerpo, que varían de sabor dependiendo de la zona. Sus bondades hacen que esté ampliamente sembrada alrededor del mundo para ofrecernos vinos varietales (solamente Syrah), o vinos que mezclan distintas vides.

El Valle de Rhône produce la mayor cantidad de Syrah de Francia. Sus suculentos vinos Hermitage y Cote Rotie suelen apuntar a tonos más ahumados y minerales. Los de América y Australia son más voluptuosos, aterciopelados y afrutados, con tonos a mora, frutos del bosque, pimienta y chocolate amargo. Las formas más populares actualmente se producen en los valles Barossa, Hunter y McLaren Vale de Australia. También están ganando prestigio los chilenos y estadounidenses.

Los taninos del Syrah de uva madura son firmes sin ser agresivos. Dependiendo de cuán tánico sea, el vino puede aguantar algunos años de guarda. Se disfruta mejor de 15 a 17ºC (59º a 64ºF), y armoniza estupendamente con carnes rojas, estofados y comidas de sabores fuertes con especias.

Entre sus 100 mejores vinos del 2010, el Wine Spectator escogió 10 Syrah/Shiraz:
- Two Hands Shiraz Barossa Valley Bella’s Garden 2008, con 94 puntos (Australia)
- Schild, Shiraz Barossa 2008, con 94 puntos (Australia)
- Alban, Syrah Edna Valley Alban Estate Reva 2006, con 97 puntos (California)
- Tensley, Syrah Santa Barbara County Colson Canyon Vineyard 2008, con 95 puntos (California)
- Owen Roe, Syrah Yakima Valley Red Willow Vineyard Chapel Block 2008, con 97 puntos (Washington)
- Zaca Mesa, Syrah Santa Ynez Valley 2006, con 93 puntos (California)
- Mollydooker, Shiraz McLaren Vale Carnival of Love 2009, con 94 puntos (Australia)
- Fetish, Shiraz Barossa Valley The Watcher 2008, con 91 puntos (Australia)
- Agricola La Viña, Syrah Colchagua Valley Polkura 2008, con 91 puntos (Chile)
- De Martino, Syrah Choapa Valley Legado Reserva 2007, con 90 puntos (Chile)

Es hora de probar y comparar… El Syrah/Shiraz sigue ganando terreno en el mundo y en nuestros paladares… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta


“Una botella de vino pide que la compartamos. Nunca he conocido un amante del vino que sea miserable.”
Clifton Paul Fadiman

martes, 12 de abril de 2011

Recorriendo la tierra de los vinos de Nueva Zelanda

El crecimiento de la industria vinícola en Nueva Zelanda ha sido sorprendentemente progresivo y consistente en las últimas décadas, desde que se lo propusieran en las décadas de los 60-70, cuando suplantaron las tierras de pastoreo por viñedos. Recorrerlos es una experiencia que se acerca a la fantasía, entre variadísimos y hermosos paisajes.

Se trata de un país joven y relativamente pequeño, al sureste de Australia, con alrededor de 4 millones de habitantes que fueron parte de la colonia británica. Hoy, Nueva Zelanda cuenta cerca de de 600 bodegas y produce más de 200 millones de litros anualmente, tras duplicar su producción del 2006 al 2009. El país exporta un poco más de la mitad de su producción, mayoritariamente a Australia, Inglaterra y Estados Unidos.

Para recorrer sus viñedos podemos valernos de las agencias especializadas de turismo. Pero una opción especialmente atractiva por la excelente infraestructura vial, las facilidades para acampar, el ahorro y la seguridad que ofrece Nueva Zelanda, es el motorhome o autocaravana. Estos son cómodos y modernos y le dan libertad para detenerse en cualquiera de los parajes que guste, por el tiempo que desee. Podrá disfrutar la experiencia del vino con absoluta tranquilidad.

Como los viñedos y las bodegas se extienden a lo largo del país, siempre habrá alguna cerca, entre praderas, montañas, lagos, mares, volcanes y glaciares. Disfrutará de las más modernas a las más artesanales. Entre sus más famosos vinos están el Sauvignon Blanc y el Pinor Noir, además del Chardonnay, Riesling, Gewürztraminer, loss espumantes, el Merlot, el Cabernet y el Syrah. En general se conocen por la intensidad de sus tonos afrutados, que satisfacen el gusto de los aficionados.

Mission State en Hawke’s Bay tiene valor histórico por haber sido la primera bogeda, fundada por misioneros católicos en 1851. Es la más grande y ha ganado numerosos premios. Otras regiones importantes a visitar son Marlborough, Martinborough, Auckland y Wellington. Sus vinos son cada vez más reconocidos mundialmente.

Entre los 100 mejores vinos neozelandeses del 2010, según el Wine Spectator están dos Pinoit Noir: el Craggy Range, Martinborough Te Muna Road Vineyard 2008, con 93 puntos; y el Yealand, Marlborough 2008, con 91 puntos. Según Wine advocate 1998, 2006, 2007 han sido las mejores añadas y sus vinos están listos para descorchar.

Los horizontes se siguen expandiendo y evolucionando… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“El vino es poesía embotellada”
Robert Louis Stevenson

viernes, 1 de abril de 2011

Las reglas del vino según Nickles

La armonía del vino con las comidas puede resultar a veces complicada. La sumiller y escritora Jane Nickles ofrece 12 reglas básicas para ayudarnos a entender el éxito y fracaso de algunas combinaciones.

1) Ácido con ácido: Las comidas ácidas, con cítricos y tomates por ejemplo, hacen que disminuya la sensación ácida del vino y lo aplanan. Por lo tanto, las comidas ácidas van con los vinos más ácidos como Chardonnay, Sauvignon Blanc, Sauvigon, Pinot Grigio y los tintos Gamete y Pinot Noir.

2) Dulce con dulce: Las comidas con dulce hacen que disminuya la sensación dulce del vino, lo aplanan y lo hacen más ácido y amargo. Los vinos secos con comidas dulces matan los tonos afrutados del vino. El vino debe ser más dulce que la comida o el postre.

3) Taninos con taninos: Las comidas tánicas, como por ejemplo las nueces, el té, café y los frutos del bosque, suavizan los taninos del vino. Un buen tinto añejado lo acompañaremos estupendamente con comidas con nueces, arándanos…

4) Grasas con ácidos y taninos: Las comidas grasosas como carnes, quesos, cremas, mantequillas y aceites disminuyen las sensaciones ácidas y tánicas del vino. Se equilibran mutuamente.

5) Salado con ácido: Las comidas saladas se neutralizan con vinos ácidos y espumantes.

6) Salado con dulce: Las comidas saladas, como por ejemplo la soya, el sushi y el queso azul, se equilibran estupendamente con vinos dulces como el moscato, el Riesling y el Sautern.

7) Salado con bajos taninos: Las comidas saladas resaltan la amargura y los tonos minerales del vino tánico. No son buena combinación. Se recomiendan mejor blancos y tintos como Beaujolais o Pinor Noir.

8) Más amargo con menos amargo: Las comidas amargas, como la berenjena, los hongos, repollos de bruselas, espárragos, brócoli, radicchio, berros, arugola o chocolate amargo, acentúan la amargura del vino y lo hacen imbebible. Elija vinos como Gewurztraminer, Semillon o tintos más suaves.

9) Similitud de sabores: Los sabores parecidos se potencian mutuamente. Las comidas con frutas armonizan con vinos afrutados, las picantes con vinos con tonos a especies como Riesling y Gewuertraminer, los sabores a tierra como los hongos, van con vinos terrosos como Pinot Noir, pimienta verde va con los tonos de pimienta del Cabernet Sauvignon.

10) Contraste de sabores: Los sabores contrastantes entre las comidas y el vino pueden contrarestar el aburrimiento y añadir un toque interesante. Sin embargo, esto es más complicado y nos forza a probar combinaciones.

11) Similitud en texturas: Comidas ricas y elaboradas combinan con vinos fuertes y corpulentos, y las comidas ligeras van mejor con vinos suaves. Entre los blancos suaves están el Sauvignon Blanc y el Riesling. Y entre los tintos suaves, están el Beaujolais y Pinot Noir.

12) Contraste de texturas: a veces funciona pero es riesgoso. Comidas y vinos pesados en algunos casos resulta pesado. Vinos más suaves con carnes o postres grasosos resaltan el sabor de las comidas y le dan protagonismo.

13) Picantes con dulces: El dulce de vinos como Riesling y Gewurztraminer apagan la sensación de quemazón. Los vinos ácidos como Chardonnay y Sauvignon Blanc acentúan y perpetúan el picor.

14) La psicología: Muchas veces más que la armonía de comidas y vino, es la ocasión y nuestras emociones lo que enaltece la experiencia. Si bien las fresas y la champaña no son la mejor combinación al paladar, lo hemos asociado con el romance y el placer.

La consigna es probar y comparar. Las posibilidades dentro del mundo del vino y la gastronomía son infinitas… tan infinitas como la diversidad de ocasiones para disfrutar… ¡Al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“El vino proporciona un gran placer y cada placer es en sí mismo un bien”
Samuel Johnson

viernes, 25 de marzo de 2011

La modernización del vino

Cada vez más somos parte y testigos de la expansión del mundo del vino. Hoy, la industria del vino contribuye con billones de dólares en la economía mundial. Solamente en los Estados Unidos, representa más de 162 billones de dólares cada año y el gobierno federal y los locales se benefician con impuestos que ascienden a 17 billones de dólares al año. Se entiende entonces la razón de la exposición vigente del Museo de Arte Moderno de San Francisco SF-MOMA, “Cómo se ha modernizado el vino, diseño + vino desde 1976 a hoy”.

El desarrollo de la producción de vinos, de sus productos relativos, sus mercados, su inclusión en nuestras rutinas, celebraciones y conversaciones es un fenómeno que se debe a muchos factores en este mundo globalizado. Se trata de un mundo dinámico que evidencia y mezcla intereses actuales como naturaleza y cultura, autenticidad y mercadeo, globalización y transculturización.

La exhibición en San Francisco, con el apoyo de la firma de Nueva York Diller Scofidio + Renfro, valora el aporte de arquitectos, diseñadores y medios en el pasmoso crecimiento de estas tres últimas décadas. En ambientes ultramodernos vemos artefactos, modelos arquitectónicos de famosos como Calatrava, instalaciones multimedia y trabajos artísticos… bodegas, centros turísticos, tecnologías, cepas, tierra, copas, botellas, etiquetas…

En esta exposición virtual también tenemos la oportunidad de experimentar los diferentes aromas del vino, desplegados en una pared. Se trata de una muestra como nunca antes habíamos visto en esta ciudad conocida además por su riquísimo escenario gastronómico.

El por qué de 1976 es debido a que ese año un vino estadounidense gana sorpresivamente y a ciegas una contienda frente a vinos prestigiosos de Francia. Desde entonces, el respeto y la confianza han ido en aumento hasta llegar meteóricamente a lo que hoy representa la industria en y desde los Estados Unidos.

Si va o está en San Francisco, no deje de asistir a la exposición antes del 17 de abril. Es pequeña pero rica en contenido. Le recomendamos contactarlos primero para asegurarse de participar en alguna de las interesantes charlas e, inclusive, una degustación.

La cultura se sigue expandiendo… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“In vino veritas es un viejo aforismo que se aplica no solo a quienes lo derraman en sus bocas, sino a la sociedad en general”.
(Autor desconocido)

viernes, 18 de marzo de 2011

El Gewürztraminer

Punzante, intenso, potente, robusto, vigoroso son los adjetivos que fácilmente asociamos cuando probamos el Gewürztraminer. Aunque es más conocido por ser dulce, los secos están a nuestras órdenes. Traminer es la uva y Gewüsrz significa picante, aromático. Curiosamente, al igual que muchos perfumes impetuosos, el Gewürztraminer genera entusiasmo o rechazo. Pero como todos los vinos, su disfrute depende de la ocasión y las comidas con las que lo armonicemos.

Si bien el nombre es alemán, esta uva altamente mutante nace en los Alpes tiroleses de Italia, recorre Europa, se desarrolla extraordinariamente en Alsacia, Francia, y viaja a tierras más lejanas, América del Norte y del Sur, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica.

Gewürztraminer es una uva dulce de piel gruesa, entre colores que mezclan el rosado y marrón. Se da mejor en regiones frías y requiere un cuidado especial para que la acidez, los azúcares y los niveles de alcohol resulten equilibrados. El momento de la vendimia es crítico.

A la vista, el Gewürztraminer es un vino blanco que varía de tonos hasta llegar al oro y cobre. Es el más corpulento entre los blancos. Al olfato, su perfume es penetrante y perceptible a distancia. Se distingue por sus aromas que evocan principalmente la exótica fruta china lichi, el pomelo, el melocotón, el mango, las rosas y las gardenias. Y aunque solemos esperar que sea dulce al paladar, muchos de estos vinos nos sorprenden por ser secos. Su sabor no se aleja del lichi y los cítricos. Adicionalmente, nos trae nueces con un leve tono amargo, así como especies como vainilla, canela, clavos y jengibre. Si hacía frío durante la cosecha, los tonos tenderán a ser aflorados y si hacía calor, los tonos serán más afrutados y tropicales. La vendimia de uvas maduras produce vinos más dulces, que resultan excelentes para acompañar postres y frutas frescas.

Los vinos de esta especie pueden disfrutase siendo jóvenes por el equilibrio de los azúcares y los ácidos del néctar. Sin embargo, están también los que aguantan hasta diez años de guarda. Los más secos siguen siendo explosivos y afrutados en el paladar; razón por la cual armonizan excelentemente bien con comidas de alto contenido graso como el cerdo, con las comidas picantes asiáticas y mexicanas, con las agridulces que incluyen frutas como ingredientes, con el curry y con los quesos más cremosos.

En su tienda local de vinos, encontrará los más dulces en la sección de vinos para postre y los más secos en el área regular de vinos blancos. En general, los europeos tienden a producir los más secos y en el nuevo mundo tienden a ser más dulzones.

Gewürztraminer será difícil de pronunciar, pero no difícil de probar. Aunque es un vino que genera extremos de aceptación o rechazo, vale la pena comparar por ejemplo uno de Alsacia con otro de Estados Unidos o Nueva Zelanda, acompañando su riqueza con platillos asiáticos. Se sorprenderá. Tal vez quede prendado… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“Una comida sin vino es como un día sin sol”
Jean-Anthelme Brillat-Savarin

viernes, 11 de marzo de 2011

El Carmenère

Confundida entre las uvas Merlot y Cabernet, la preciada Carmenère había existido en Chile desde mediados de 1800 cuando llegó de Burdeos, Francia. Luego de la plaga de filoxera que acabó con grandes extensiones vinícolas del mundo, la uva tinta Carmenère se pensaba extinta. Felizmente, su redescubrimiento en los 90 ha coincidido con el impulso al desarrollo de vinos de calidad en Chile; un extraordinario acontecimiento para los amantes del vino que aprecian su rojo profundo, el balance de sus sabores a fruta madura y sutiles tonos herbáceos de pimienta verde, su corpulencia media y aterciopelada textura.

Chile posee la fortuna de desplegar viñedos protegidos por la Cordillera de Los Andes y por los vientos del Atlántico. La filoxera no es amenaza. Aunque muchos afirman la resurrección o reencarnación del Carmenère, podemos mejor hablar de su evolución en el nuevo mundo, como quien emigra de un país a otro que, a pesar de conservar su esencia, nunca es ni será igual.

El Carmenère continúa desarrollándose. Actualmente conforma el 7% de la plantaciones de Chile, frente al 12% del Merlot. Aunque cada vez presenciamos el aumento de los vinos producidos solo con esta uva (varietal), la mayoría de los productores se vale de ella para suavizar los Cabernets, complementar y balancear las mezclas con su fuerte sabor a mora, a ciruela y sus bajos taninos.

Los vitivinicultores siguen experimentando. El éxito del Carmenère en nuestro paladar depende en gran parte de la vendimia. Esta uva madura más lentamente que las Cabernet. Si no llegó a su punto óptimo de maduración, los aromas más fuertes serán herbáceos y, con mucha probabilidad, el vino no resultará en el disfrute que esperamos. La uva madura evitará tonos agresivos de pimienta y pimiento verde que descompensan el néctar.

Entre los nombres más recomendados a explorar y probar están: Koyle Royale, Casa Apostolle, Carmin de Peumo de Concha y Toro, Viña Von Siebenthal y Almaviva.

Al ser de cuerpo medio, estos vinos suelen ser muy versátiles en la mesa. En general los varietales son afrutados, poco ácidos y tánicos, por lo que en general combinan con comidas bajas en grasa, carnes magras blancas y vegetales de sabor fuerte. Si predomina la fruta madura, van bien con comidas algo picantes.

Si va o está en Chile, podrá visitar viñedos a tan sólo 50 kilómetros de Santiago. Carmenère se da mejor en zonas más calurosas, para una cálida bienvenida. El Valle de Colchagua está desarrollando cada vez más sus rutas vinícolas como destinos turísticos… paisajes, entretenimiento, cultura y gastronomía… Pero ya no solo es Chile el lugar de los Carmenère… California se la llevó a sus terruños y sorpresivamente, también reapareció en Veneto, Italia.

El mundo se sigue moviendo y el Carmenère sigue creciendo… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“La comida es la parte material de la alimentación, pero el vino es la parte espiritual de nuestro alimento”.
Alejandro Dumas.

viernes, 25 de febrero de 2011

De crucero por sus vinos

No es lo mismo “los vinos de un crucero” que “un crucero de vinos”. Hoy más que nunca existen alternativas de cruceros alrededor de todo el mundo que, lejos de alimentar a una masa viajera, buscan despertar y satisfacer nuestros paladares con una selección especial de vinos y comidas. Chefs y sumilleres estarán a nuestras órdenes para darnos el gusto, en armonía con la travesía, los paisajes, los paseos y demás entretenimientos. Cursos, catas y maridajes a bordo, así como paseos por viñedos y bodegas, son parte del placer.

Estos cruceros son la solución para quienes, a falta de una buena selección de vinos en la embarcación, tratan de introducir a escondidas sus botellas. Y, aunque algunos cruceros lo permiten y cobran el descorche, a muchos nos queda la insatisfacción de no poder armonizar las diversas comidas con buenos vinos durante nuestras anheladas vacaciones.

Europa suele llevar la bandera en este tipo de cruceros a través de sus ríos o del Mediterráneo, en la grata compañía del dios Baco. Las alternativas son múltiples, grupos pequeños o grandes, desde uno a 15 días o más, para visitar ciudades como Barcelona, Marsella, Florencia, Roma, las islas griegas, o las riberas y viñedos de regiones como Borgoña, el Loira, el Duero y muchas más.

Junto a la creciente afición y expansión del mundo de los vinos, el turismo gastronómico se ha extendido a lo largo y ancho del planeta. Estados Unidos está desarrollando hermosas rutas que incluyen cruceros a lo largo de California y hasta en Alaska, donde tenemos la oportunidad de despertar y consolidar diferentes gustos. Resulta también interesante el éxito que han tenido los productores, sumilleres y chefs estadounidenses en los barcos europeos.

Un crucero enfocado en la experiencia del vino se rige según:
- Una región: ej. vinos de Italia
- Varias regiones: ej. grandes apelaciones
- Tipo de uva: ej. Zinfandel
- Bodegas y productores: ej. Mondavi
- Chef, sumilleres y personalidades renombradas que guían la experiencia gastronómica, ofrecen cursos y catas a lo largo de la travesía.

Contacte a su agente viajero, las organizaciones de su región preferida o investigue la internet.

El mundo del vino continúa creciendo por tierra y por agua. ¡Bienvenido a bordo y buen viaje… al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“El vino es la prueba constante de que Dios nos ama y quiere vernos felices”
Benjamín Franklin

miércoles, 16 de febrero de 2011

El voluptuoso Oporto

A muchos, oír hablar de Oporto nos hace la boca agua. La mayoría lo conocemos por la opulencia de su sabor a fruta madura dulce, su intenso color y su aterciopelada textura. Pero oportos hay muchos, tintos, blancos, claros y más profundos, desde los secos a los más dulces. Los ingleses impulsaron su producción en el s.XVII y hoy los podemos disfrutar en casi cualquier rincón del mundo como aperitivo o complemento del postre.

O porto significa “el puerto”, de donde se exportan los vinos desde Portugal. Los ingleses bautizaron al vino “Port” y los hispano parlantes “Oporto”. Pero no es esa ciudad costera y portuaria la sede de producción de los Oportos que disfrutamos, sino las riberas del Duero (Douro), Denominación de Origen al noreste de país. Un hermoso crucero de uno o dos días nos devela viñedos que se extienden en pasmosas terrazas que obligan a la vendimia manual.

Las variedades de oporto se producen a partir de diversas uvas locales: touriga nacional, tinta cão, tinta barroca, tinta roriz, touriga francesa y tinta amarela en los tintos; y malvasía fina, códega y malvasía rei en blancos. Al oporto se le denomina un vino fortificado, al que se le agrega aguardiente de brandy para interrumpir la fermentación del mosto, dejando azúcar residual y aumentando el grado de alcohol.

Los oportos blancos pueden ser jóvenes y también añejados, y de distintos rangos que van desde los secos a los más dulces. Sin embargo, se producen en menor escala y son menos conocidos internacionalmente.

Los tintos se rigen por la siguiente clasificación:

- Vintage: Rey de los oportos. Mejores uvas de un año declarado excepcional, aunque sea de distintas viñas: ej. 1997, 1999, 2000 and 2003. Se embotellan a los 2, 3 años de estar en depósitos de madera y evolucionan 10, 15 y 40 años en botella. Color y bouquet intenso, sabor frutado, complejo y algo tánico. No hay que confundirlos con los Single Quinta Vintages.
- LBV (Late Bottled Vintage): Vintage que al embotellarse a los 4, 6 años de pasar por madera, resulta algo más ligero que el Vintage clásico.
- Colheita: Vintage que al embotellarse a los 7 años de pasar por madera, resultan aún más suaves y delicados, pero no menos complejos y elegantes. Maduran menos años en botella.
Ruby Producto de vinos de distintas añadas que pasan 3 años en tanques de cemento o acero inoxidable. Color rojo claro rubí, de corte joven, fresco y afrutado.
- Tawny: Productos de vinos de distintas años que envejecen en madera 3 años antes de embotellarse y de 5 a 7 los Reserva. Color tostado o marrón producto de la oxidación. Los Tawny que especifican 10, 20, 30 y 40 años provienen de mezclas de vinos de los distintos años y sus oportos son complejos, corpulentos y refinados al mismo tiempo.
- Vintage Character: Buena selección de vinos jóvenes de distintos años que se mezclan y se añejan 3 a 4 años. Calidad superior al Ruby.

Los oportos se degustan mejor a temperatura ambiente o ligeramente frescos, luego de pasar por el proceso de decantación para separar el néctar de los sedimentos. Acompañan una buena tertulia, una buena lectura, a los quesos fuertes y también postres, sobre todo los almendrados y los de chocolate.

El oporto fue, es y seguirá siendo seductor para una gran parte de los amantes del vino. En medio de los líos de la economía mundial, su producción creció más de un 3% en el 2010, para complacernos con más de… ¡85 millones de litros! El año pasado, Wine Spectator seleccionó entre los 100 mejores vinos al Dow Vintage del 2007 y lo calificó con 100 puntos.

El mundo se sigue expandiendo… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“El Oporto no es para los más jóvenes, triviales y activos. Es la complacencia de la edad y el compañero del sabio y el filósofo.”
Evelyn Waugh

viernes, 11 de febrero de 2011

Portugal y sus vinos

Doce millones de habitantes en 90 mil kilómetros cuadrados de territorio hacen la magia que encanta a más de 20 millones de turistas que visitan y degustan los vinos de Portugal cada año. Eso sin contar el hechizo de los Oportos que disfrutamos en cualquier rincón del mundo. Desde hace dos décadas, Portugal produce vinos cada vez más selectos y ofrece espléndidas y contrastantes rutas vinícolas donde coexisten artesanía y tecnología.

La historia del vino en Portugal se remonta a los fenicios. Durante siglos produjeron vinos jóvenes y de mesa para satisfacer las apetencias de sus habitantes y de los colonizadores. Entre 1600 y 1700 cautivaron a los ingleses con sus vinos Oportos, con quienes afianzaron la exportación. La plaga de la filoxera y décadas de dictadura en el s. XX acabaron con grandes extensiones de viñedos; sin embargo, después de la entrada a la Comunidad Europea en 1986, hoy Portugal cuenta casi 500 variedades de uvas autóctonas, 29 zonas vinícolas que cubren casi todo el país y su lugar entre los 12 mayores productores del planeta y entre los 10 primeros países consumidores.

Compromiso y modernidad es hacia donde apuntan los vitivinicultores de hoy. Con su herencia, la riqueza de variedades únicas y la peculiaridad de sus sabores, buscan abrirse camino en el mercado internacional; a pesar de la inclinación por uvas más conocidas y de los traspiés de la economía mundial.

Cepas aborígenes tintas de Portugal son Touriga Nacional, Roriz, Baga, Castelão, Touriga Franca y Trincadeira o Amarela. Entre las blancas están Alvarinho, Loureiro, Arinto, Encruzado, Bical, Fernão Pires, Moscatel and Malvasia Fina. Sus vinos van desde los blancos secos, ácidos y frescos a los robustos, dulces y fortificados portos.

Entre sus vinos más famosos está el “vino verde” que no es verde, sino blanco y tinto. Verde es por joven y se recomienda tomarlo dentro de sus primeros cinco años de vida. En general, es seco, ácido y muy refrescante… casi espumante. Armoniza estupendamente con los mariscos de cáscara. Proviene de la Denominación de Origen Vihno Verde al noroeste del país y de varias uvas que suelen incluir las Albarihno y Loureira.

Aparte de los Portos u Oportos, de los que hablaremos en nuestra próxima edición, The Wine Spectator calificó a Quinta do Vallado Douro del 2007 con 96 puntos y al Douro Reserva 2007, Touriga Nacional, con 94 puntos. Ambos fueron reconocidos entre los 100 mejores del 2010.

El esfuerzo está valiendo la pena. Visitar sus hermosas costas, sus viñedos, conocer su historia, la riqueza de su cultura, degustar su sabrosa cocina y la variedad de sus vinos, es ganancia. Portugal es símbolo de diversidad, renovación y crecimiento… ¡al ritmo del vino!... Saúde!

Inés Urdaneta

“Fue el aislamiento prolongado de las tendencias de la moda lo que preservó en Portugal la riqueza de uvas autóctonas y que hoy se distinguen en una Europa invadida de uvas internacionales”

Hugh Johnson y Jancis Robinson

martes, 1 de febrero de 2011

Los sulfitos del vino

Sulfuro, azufre, dióxido sulfúrico… De cualquier manera que se les conozca, los sulfitos existen en la tierra, en los frutos que nos da y en nuestros organismos. La piel de la uva tinta es la que más sulfitos naturales aporta a sus vinos; y es a los vinos blancos, rosados y dulces a los que más sulfitos extra se les añaden en el proceso de vinificación. En algunas personas, esto genera inquietud por sus posibles efectos secundarios.

Existe un interés creciente en elaborar vinos orgánicos que no contengan sulfitos adicionales. Pero están los enólogos que dicen ser “orgánicos… ¡hasta que algo salga mal!” Lo cierto es que desde hace milenios se les ha agregado a los vinos por su valor antiséptico, antibacterial, para controlar la fermentación, para extraer el color de la piel, evitar la oxidación, preservar el vino y garantizar que perduren sus bondades y su complejidad. Además, el dióxido sulfúrico ha probado ser un buen desinfectante de los envases que contienen las uvas, el mosto y el vino.

Si bien su uso ha disminuido entre algunos productores, la vasta mayoría lo utiliza en alguna proporción. Una dosis exagerada de sulfitos resulta en un vino opaco, con olor desagradable a cerilla o fósforo encendido, a huevo podrido, además de conferirle mal sabor. Por otro lado, los vinos que sólo contienen los sulfitos naturales de la uva son de vida corta, pierden aromas, color, brillo, complejidad y, con suerte, sobrepasan el año de vida.

Una vez ingeridos los sulfitos del vino, éstos se eliminan por la orina sin efectos secundarios en la gran mayoría de las personas. El gran riesgo de los sulfitos adicionales está entre los alérgicos y, especialmente, los asmáticos. Pero sólo del 3 al 8% de los asmáticos es sensible a éstos. Aunque los dolores de cabeza los pueden producir otros aspectos, éstos suelen asociarse al preservativo. Síntomas alérgicos incluyen reacciones en la piel, dificultades respiratorias y digestivas. Usted sabrá si es sensible a ellos si su organismo reacciona negativamente ante la alta proporción de sulfitos que poseen los albaricoques deshidratados.

Para una dieta saludable, la Organización Mundial de la Salud recomienda 0.7 miligramos diarios por cada kilogramo de nuestro peso. Los sulfitos naturales del vino no alcanzan los 10 miligramos por litro (mg/l), y tampoco suelen ser percibidos. En Estados Unidos y Europa la etiqueta debe advertir que el vino contiene sulfitos cuando sobrepasa los 10 mg/l. En USA el máximo permitido es 350 mg/l. En Europa varía: 160 mg/l para los tintos, 210 mg/l para blancos y rosados, y 400 mg/l para los dulces. ¡Hagamos cuentas!

Frente a la creciente inquietud naturista y orgánica, el tema sigue debatiéndose. Recientemente, algunos productores estadounidenses solicitaron al Departamento de Agricultura que les permita etiquetar como “orgánicos” los vinos con hasta 100 mg/l de sulfitos.

Definitivamente, el gran reto es mantener la armonía en medio de los condicionantes, a beneficio de la minoría alérgica y de la mayoría que disfruta la vida… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“Envidio a quienes beben. Al menos saben a qué culpar de todo.”
Oscar Levant

martes, 18 de enero de 2011

El vino orgánico

Orgánico, organismo, vida… Éstos son los significados centrales de quienes buscan respetar el proceso natural de la producción de uvas, sin la inclusión de los fertilizantes y pesticidas químicos que transformaron la agricultura durante la segunda mitad del siglo XX. El reto lo están asumiendo mayoritariamente productores de vino en América, Australia y Sudáfrica.

Sus defensores están convencidos de que un suelo rico y vivo, alimentado con productos naturales, contiene todos los nutrientes que necesita la uva para fermentar limpia y saludablemente. Las vides orgánicas de calidad también cuentan con los químicos naturales que aportan riqueza y complejidad a los sabores del vino, así como también con los preservativos y los antioxidantes naturales que resultan beneficiosos para la salud de los seres humanos.

El respeto absoluto a la evolución natural de la uva y su sostenibilidad representan un desafío para enriquecer el suelo, alejar a bichos y hongos que afectan la salud de la uva al aire libre y evitar ciertas bacterias durante el proceso de vinificación. Hasta el momento, son muy pocas las casas que producen vinos 100% orgánicos. La mayoría se valen de productos químicamente elaborados en algún momento del proceso, aunque sea en una mínima proporción.

A diferencia de los europeos, desde los años 90 los estadunidenses han ido desarrollando regulaciones para la producción orgánica y el reconocimiento en las etiquetas que atraen a los mercados. Actualmente distinguen cuatro categorías: 1) 100% orgánico, 2) orgánico, 3) hecho con ingredientes orgánicos y 4) hecho con algunos ingredientes orgánicos. Los dos primeros no deben contener sulfitos agregados. Los dos segundos deben incluir uvas producidas orgánicamente.

La certificación estadounidense aún resulta confusa no solo para los consumidores, sino también para muchos productores hoy activos en debates y campañas para modificar las normas. Muchos ni se molestan en certificarse. Uno de los temas más discutidos es el de la incorporación de sulfitos que ayudan a preservar los vinos y nada tiene que ver con el esfuerzo de producir uvas orgánicas. En nuestra próxima edición hablaremos del efecto de los sulfitos en el vino y en quienes lo disfrutamos.

Si bien la producción mundial de vinos orgánicos sigue estando por debajo del 3%, el interés está creciendo con el siglo. Ya la producción de California va por encima del 15%. Se extiende poco a poco la inquietud por métodos amigables con el ambiente y con ella se plantea una nueva controversia: la ingeniería genética de las vides.

Evolución orgánica natural vs. Desarrollo tecnológico… Para unos opuestos, para otros complementos. Entretanto, seguimos viviendo… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“El vino es vida”
Petronio

viernes, 14 de enero de 2011

El Merlot

La uva tinta Merlot conforma los vinos más costosos y codiciados del mundo. Pero los hay de todos los precios y excelentes calidades. Suelen ser descritos como elegantes, afrutados, aromáticos y aterciopelados. Dependiendo de su procedencia y vendimia, pueden resultar más opulentos o más delicados. Son extraordinariamente versátiles. Sus atributos la hacen la uva estrella de Burdeos, Francia, y la segunda de los Estados Unidos después de Cabernet Sauvignon.

Merlot es familia de las Cabernet, Sauvignon y Franc, pero su piel es más delgada, madura más rápido, es más dulce, menos ácida y tiene menos taninos. En consecuencia, sus vinos requieren menos años de añejamiento en botella que Cabernet Sauvignon. Los que provienen de zonas más frías gozan de mayor acidez y los que se elaboraron con uvas menos maduras tienden a tonos más herbáceos que frutales. Además de los vinos 100% Merlot, esta uva también se usa para suavizar y balancear las Cabernet.

Su origen está en Burdeos donde es la vid más sembrada y, además, ostenta su reconocimiento en las etiquetas de los muy prestigiosos vinos de las regiones St. Emilion, Pomerol (su Château Petrus es 100% Merlot), y Medoc. Aquí se producen Merlots de mucho cuerpo. En toda Francia, es la tercera uva después de Carignan y Grenache. A mediados de 1800, Merlot comenzó a internacionalizarse y, actualmente, se cultiva en el resto de Europa, Australia, Sudáfrica y América. Es muy exitosa en Estados Unidos, donde se consumen alrededor de 240 millones de botellas de Merlot californiano al año, sin contar los de Washington y Oregon.

Haber conquistado millones de paladares no es de extrañar. Al no ser tan fuerte, Merlot es un tinto fácil de tomar. No será en general el preferido de los coleccionistas, pero está entre los favoritos de los consumidores del día a día. Es un vino que tiende a ser de cuerpo medio a entero, cuyos aromas y sabores se asocian con cerezas, ciruelas y otras frutas rojas del bosque, vainilla, especies, tabaco, chocolate, café, cedro y roble, ahumados, pimientos y hierbas.

Las distintas gamas del Merlot armonizan con diversas comidas. Los más tánicos parecidos al Cabernet, combinan mejor con quesos de sabores medios a fuertes, carnes de vaca, cerdo y cordero. Los más ácidos provenientes de lugares más fríos pueden tratarse más como los Pinot Noir, y maridan mejor con quesos cremosos, carnes de ave, mariscos de cáscara y pescados grasosos como el salmón, así como con hongos, tomates, pastas, pimientos y arroces. Las comidas picantes acentúan los ácidos y taninos del Merlot, opacando sus demás sabores. La mejor temperatura para servirlo es de 15 a 18º C (58 a 65ºF).

Para disfrutar mejor el Merlot, más vale probar y comparar regiones. Que no queden fuera los de Burdeos, ni los estadounidenses. La elegancia… ¡al ritmo del Merlot!

Inés Urdaneta

“El Merlot se ha convertido en el vino tinto querido. ¿Será porque el Merlot es fácil de tomar, o tal vez porque Merlot es fácil de pronunciar? Mientras lo pienso, por favor, tráigame una copa de Merlot”
Jim LaMar

martes, 11 de enero de 2011

Los taninos del vino

Si jugamos con las palabras del escritor Luis Aragón, la suavidad y delicadeza de un vino solo tienen significado en relación a su fuerza, aspereza o astringencia. Disfrutamos el vino en base a estos extremos que, balanceados, definen un néctar seductor. Los taninos representan la potencia de los vinos tintos que solo el tiempo en botella logra sosegar.

Ciertos procesos químicos naturales hacen que los taninos del vino produzcan una textura como la del té negro sin azúcar: áspera, seca y astringente, que se siente al frotar la lengua con los dientes, las encías y el paladar de la boca. Para quienes no están familiarizados, puede resultar algo desagradable. Sin embargo, los taninos protegen al vino, evitan que se deterioren sus componentes y, con ciertas comidas hacen magia entre sí, exaltando sabores y sensaciones. Adicionalmente, los polifenoles que aportan ayudan a protegernos de enfermedades y nos prolongan la vida, según numerosos estudios médicos. El reto del enólogo es dar cuerpo, controlar la amargura y lograr el equilibrio para no opacar todos los demás elementos del vino.

Los taninos del vino dependen, en parte, del momento de la vendimia. Mientras más madura está la uva tinta, menos agresivos son sus taninos. No obstante, si se pasara mucho, daría una uva muy dulce, carente de acidez y frescura, con mayor grado de alcohol. La herencia tánica la aportan la piel, semillas y tallos de las uvas tintas en el proceso de maceración del jugo o mosto. El contacto con las barricas de roble contribuye a una mayor aspereza.

Los vinos con más taninos son el Cabernet Sauvignon, el Tempranillo, algunos Boudeaux, Zinfandel, Barolo y Barbaresco; seguidos por los Shiraz, Merlot, Malbec y Pinot Noir, entre otros. Los Chianti, Valpolicella y Beaujolais están en el otro extremo. El hechizo de los tintos tánicos se produce con comidas más fuertes y grasas, como las carnes rojas de vaca, cordero y pato.

Mientras más jóvenes estén estos vinos, más agresivos serán sus taninos. Tanto para las personas como para los vinos finos, el tiempo significa la posibilidad de suavizar asperezas, amarguras y madurar. Tres a diez años de quietud dentro de la botella mientras crecen las moléculas de los polifenoles, terminan suavizando y equilibrando al vino.

Para probar su evolución vale comparar un mismo vino de distintos años. Al final, los opuestos no son más que partes de un mismo proceso de mágica transformación… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“La luz es significativa sólo en relación a la oscuridad, la verdad presupone el error. Es la mezcla de estos opuestos la que marca nuestra vida, la que la hace acre y embriagadora. Sólo existimos en términos de este conflicto, en la zona donde el negro y el blanco chocan”.
Louis Aragon

jueves, 6 de enero de 2011

El Moscatel

A quienes nos gusta el dulce, se nos hace la boca agua con solo pensar en el aromático y voluptuoso moscatel o en sus conocidos espumantes. Sin embargo, su uva es bastante versátil en la mesa y, aunque  no sean tan populares, produce  muy buenos vinos secos también.

Muscadel, muscat, moscato o moscatel no es una uva, sino una gran familia de uvas vitis vinífera que van desde la blanca, a la rosada y la tinta. No es lo mismo que el Muscadet, que es un vino blanco del Valle del Loira, en Francia, que se produce a partir de la uva Melon de Borgoña.  Moscatel, por su parte, está entre las vides más antiguas que se ha mantenido sin ser modificada genéticamente. Es originaria del sur del Mediterráneo y hoy se cultiva mayormente en Italia, Francia, España, Portugal, Grecia, el este europeo, Australia, Chile, Sudáfrica y California. Aunque la mayoría de las moscatel son dulces, las hay blancas secas también. La fruta es redonda, de piel lisa, que se da mejor en colinas con climas no muy fríos, donde hay sol, tierra húmeda y se cuenta con la influencia del mar.

Además de sus vinos dulces, secos y espumantes, las uvas moscatel las disfrutamos como fruta fresca y como uvas pasas. Es fácil asociar, entonces, la riqueza de sus aromas y sabores. De todas las vides, las moscatel son las que más exhiben aromas florales y perfumados de almizcle y retienen el mayor sabor a uva fresca. También se caracterizan por sus tonos a rosa, manzana, naranja, pasas y especias.

Dos variedades destacadas del moscatel son: la clásica y elegante Blanc à Petits Grains utilizada para los vinos blancos secos, los dulzones Beaumes de Venise franceses y los espumantes Asti Italianos; así como la típica y extensamente utilizada variedad Alexandria.  Para quienes les gusten los licores dulces, los moscatel España y Australia se distinguen por ser más densos y oscuros que los demás.

Moscatos dulces armonizan muy bien con ricos postres de frutas, de chocolate, ingredientes como canela, jengibre y clavos de olor. Los espumantes son maravillosos durante el verano y, aunque son ricos como aperitivos, también acompañan estupendamente a los postres.

Si le gusta el dulce, moscatel es en general su aliado. Puede utilizarlo también como ingrediente para preparar comidas y seguir disfrutando… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

 “Está el Moscatel, que no solo es un vino, sino también es un estado de ánimo "
Andrés Montes

lunes, 3 de enero de 2011

Un gran momento para incorporar el vino…

Desde nuestro lado optimista, estrenar año significa renovar propósitos y crear nuevas metas. Y si bien romper las resoluciones pareciera ser parte del ciclo, como afirmó irónicamente el periodista estadounidense Eric Zorn, pocas cosas son tan gratificantes como crear y mantener sanamente nuestros rituales del vino. ¡Es hora de incorporarlos o afianzarlos!

La gran noticia es que si uno de nuestros propósitos es eliminar el peso que acumulamos durante las fiestas, ¡el vino puede ser nuestro aliado! Son numerosísimos los estudios que confirman los beneficios del resveratrol  proveniente de la piel de la uva tinta, que ayuda a procesar las grasas y estimula la producción de insulina. Una o dos copas de vino (de 4 a 8 onzas o de ½ a 1 taza… ¡no más!), junto a la comida principal del día, podría ayudarnos a adelgazar o a no engordar. Desde luego, la opinión del médico cuenta; pero para acompañar la popular resolución de año nuevo, la opción del vino luce bastante sugerente…

Esto nos lleva a contar onzas, botellas, días... Una botella por semana parece razonable. No se supone que esto significa salirnos del presupuesto. Anticipar puede redundar en ahorros o en mejor “precio-calidad” de las botellas. Las rebajas en esta época del año resultan estimulantes. Si no ha comenzado su colección, ésta puede ser la ocasión.

Sugerencias para escoger hay miles. Vale la pena planear y probar una variedad de uva cada semana o cada mes, por ejemplo. Aproveche también para trazar las distintas regiones en este itinerario de 52 semanas. Una guía ampliamente aceptada para elegir las añadas de los vinos a tomar y añejar es la de Wine Advocate. De los más recientes, como por ejemplo el 2009, los más recomendados en general son los de Burdeos-Francia, los españoles y los del norte de California.

Otra de las resoluciones seductoras es proyectar un recorrido por una región vinícola. Miles de viñedos y bodegas alrededor del mundo anhelan recibir nuestra visita para deleitar y cautivar nuestras pupilas y paladares.  

Año nuevo… vida nueva… Es hora de gozar planeando y fraguando otro año en el que probaremos, compararemos, definiremos y afinaremos nuestro gusto… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta
José Luis Estela

“Quiero creer que voy a mirar este nuevo año como si fuese la primera vez que desfilan 365 días ante mis ojos.”
Paulo Coelho