viernes, 25 de marzo de 2011

La modernización del vino

Cada vez más somos parte y testigos de la expansión del mundo del vino. Hoy, la industria del vino contribuye con billones de dólares en la economía mundial. Solamente en los Estados Unidos, representa más de 162 billones de dólares cada año y el gobierno federal y los locales se benefician con impuestos que ascienden a 17 billones de dólares al año. Se entiende entonces la razón de la exposición vigente del Museo de Arte Moderno de San Francisco SF-MOMA, “Cómo se ha modernizado el vino, diseño + vino desde 1976 a hoy”.

El desarrollo de la producción de vinos, de sus productos relativos, sus mercados, su inclusión en nuestras rutinas, celebraciones y conversaciones es un fenómeno que se debe a muchos factores en este mundo globalizado. Se trata de un mundo dinámico que evidencia y mezcla intereses actuales como naturaleza y cultura, autenticidad y mercadeo, globalización y transculturización.

La exhibición en San Francisco, con el apoyo de la firma de Nueva York Diller Scofidio + Renfro, valora el aporte de arquitectos, diseñadores y medios en el pasmoso crecimiento de estas tres últimas décadas. En ambientes ultramodernos vemos artefactos, modelos arquitectónicos de famosos como Calatrava, instalaciones multimedia y trabajos artísticos… bodegas, centros turísticos, tecnologías, cepas, tierra, copas, botellas, etiquetas…

En esta exposición virtual también tenemos la oportunidad de experimentar los diferentes aromas del vino, desplegados en una pared. Se trata de una muestra como nunca antes habíamos visto en esta ciudad conocida además por su riquísimo escenario gastronómico.

El por qué de 1976 es debido a que ese año un vino estadounidense gana sorpresivamente y a ciegas una contienda frente a vinos prestigiosos de Francia. Desde entonces, el respeto y la confianza han ido en aumento hasta llegar meteóricamente a lo que hoy representa la industria en y desde los Estados Unidos.

Si va o está en San Francisco, no deje de asistir a la exposición antes del 17 de abril. Es pequeña pero rica en contenido. Le recomendamos contactarlos primero para asegurarse de participar en alguna de las interesantes charlas e, inclusive, una degustación.

La cultura se sigue expandiendo… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“In vino veritas es un viejo aforismo que se aplica no solo a quienes lo derraman en sus bocas, sino a la sociedad en general”.
(Autor desconocido)

viernes, 18 de marzo de 2011

El Gewürztraminer

Punzante, intenso, potente, robusto, vigoroso son los adjetivos que fácilmente asociamos cuando probamos el Gewürztraminer. Aunque es más conocido por ser dulce, los secos están a nuestras órdenes. Traminer es la uva y Gewüsrz significa picante, aromático. Curiosamente, al igual que muchos perfumes impetuosos, el Gewürztraminer genera entusiasmo o rechazo. Pero como todos los vinos, su disfrute depende de la ocasión y las comidas con las que lo armonicemos.

Si bien el nombre es alemán, esta uva altamente mutante nace en los Alpes tiroleses de Italia, recorre Europa, se desarrolla extraordinariamente en Alsacia, Francia, y viaja a tierras más lejanas, América del Norte y del Sur, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica.

Gewürztraminer es una uva dulce de piel gruesa, entre colores que mezclan el rosado y marrón. Se da mejor en regiones frías y requiere un cuidado especial para que la acidez, los azúcares y los niveles de alcohol resulten equilibrados. El momento de la vendimia es crítico.

A la vista, el Gewürztraminer es un vino blanco que varía de tonos hasta llegar al oro y cobre. Es el más corpulento entre los blancos. Al olfato, su perfume es penetrante y perceptible a distancia. Se distingue por sus aromas que evocan principalmente la exótica fruta china lichi, el pomelo, el melocotón, el mango, las rosas y las gardenias. Y aunque solemos esperar que sea dulce al paladar, muchos de estos vinos nos sorprenden por ser secos. Su sabor no se aleja del lichi y los cítricos. Adicionalmente, nos trae nueces con un leve tono amargo, así como especies como vainilla, canela, clavos y jengibre. Si hacía frío durante la cosecha, los tonos tenderán a ser aflorados y si hacía calor, los tonos serán más afrutados y tropicales. La vendimia de uvas maduras produce vinos más dulces, que resultan excelentes para acompañar postres y frutas frescas.

Los vinos de esta especie pueden disfrutase siendo jóvenes por el equilibrio de los azúcares y los ácidos del néctar. Sin embargo, están también los que aguantan hasta diez años de guarda. Los más secos siguen siendo explosivos y afrutados en el paladar; razón por la cual armonizan excelentemente bien con comidas de alto contenido graso como el cerdo, con las comidas picantes asiáticas y mexicanas, con las agridulces que incluyen frutas como ingredientes, con el curry y con los quesos más cremosos.

En su tienda local de vinos, encontrará los más dulces en la sección de vinos para postre y los más secos en el área regular de vinos blancos. En general, los europeos tienden a producir los más secos y en el nuevo mundo tienden a ser más dulzones.

Gewürztraminer será difícil de pronunciar, pero no difícil de probar. Aunque es un vino que genera extremos de aceptación o rechazo, vale la pena comparar por ejemplo uno de Alsacia con otro de Estados Unidos o Nueva Zelanda, acompañando su riqueza con platillos asiáticos. Se sorprenderá. Tal vez quede prendado… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“Una comida sin vino es como un día sin sol”
Jean-Anthelme Brillat-Savarin

viernes, 11 de marzo de 2011

El Carmenère

Confundida entre las uvas Merlot y Cabernet, la preciada Carmenère había existido en Chile desde mediados de 1800 cuando llegó de Burdeos, Francia. Luego de la plaga de filoxera que acabó con grandes extensiones vinícolas del mundo, la uva tinta Carmenère se pensaba extinta. Felizmente, su redescubrimiento en los 90 ha coincidido con el impulso al desarrollo de vinos de calidad en Chile; un extraordinario acontecimiento para los amantes del vino que aprecian su rojo profundo, el balance de sus sabores a fruta madura y sutiles tonos herbáceos de pimienta verde, su corpulencia media y aterciopelada textura.

Chile posee la fortuna de desplegar viñedos protegidos por la Cordillera de Los Andes y por los vientos del Atlántico. La filoxera no es amenaza. Aunque muchos afirman la resurrección o reencarnación del Carmenère, podemos mejor hablar de su evolución en el nuevo mundo, como quien emigra de un país a otro que, a pesar de conservar su esencia, nunca es ni será igual.

El Carmenère continúa desarrollándose. Actualmente conforma el 7% de la plantaciones de Chile, frente al 12% del Merlot. Aunque cada vez presenciamos el aumento de los vinos producidos solo con esta uva (varietal), la mayoría de los productores se vale de ella para suavizar los Cabernets, complementar y balancear las mezclas con su fuerte sabor a mora, a ciruela y sus bajos taninos.

Los vitivinicultores siguen experimentando. El éxito del Carmenère en nuestro paladar depende en gran parte de la vendimia. Esta uva madura más lentamente que las Cabernet. Si no llegó a su punto óptimo de maduración, los aromas más fuertes serán herbáceos y, con mucha probabilidad, el vino no resultará en el disfrute que esperamos. La uva madura evitará tonos agresivos de pimienta y pimiento verde que descompensan el néctar.

Entre los nombres más recomendados a explorar y probar están: Koyle Royale, Casa Apostolle, Carmin de Peumo de Concha y Toro, Viña Von Siebenthal y Almaviva.

Al ser de cuerpo medio, estos vinos suelen ser muy versátiles en la mesa. En general los varietales son afrutados, poco ácidos y tánicos, por lo que en general combinan con comidas bajas en grasa, carnes magras blancas y vegetales de sabor fuerte. Si predomina la fruta madura, van bien con comidas algo picantes.

Si va o está en Chile, podrá visitar viñedos a tan sólo 50 kilómetros de Santiago. Carmenère se da mejor en zonas más calurosas, para una cálida bienvenida. El Valle de Colchagua está desarrollando cada vez más sus rutas vinícolas como destinos turísticos… paisajes, entretenimiento, cultura y gastronomía… Pero ya no solo es Chile el lugar de los Carmenère… California se la llevó a sus terruños y sorpresivamente, también reapareció en Veneto, Italia.

El mundo se sigue moviendo y el Carmenère sigue creciendo… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“La comida es la parte material de la alimentación, pero el vino es la parte espiritual de nuestro alimento”.
Alejandro Dumas.