viernes, 18 de marzo de 2011

El Gewürztraminer

Punzante, intenso, potente, robusto, vigoroso son los adjetivos que fácilmente asociamos cuando probamos el Gewürztraminer. Aunque es más conocido por ser dulce, los secos están a nuestras órdenes. Traminer es la uva y Gewüsrz significa picante, aromático. Curiosamente, al igual que muchos perfumes impetuosos, el Gewürztraminer genera entusiasmo o rechazo. Pero como todos los vinos, su disfrute depende de la ocasión y las comidas con las que lo armonicemos.

Si bien el nombre es alemán, esta uva altamente mutante nace en los Alpes tiroleses de Italia, recorre Europa, se desarrolla extraordinariamente en Alsacia, Francia, y viaja a tierras más lejanas, América del Norte y del Sur, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica.

Gewürztraminer es una uva dulce de piel gruesa, entre colores que mezclan el rosado y marrón. Se da mejor en regiones frías y requiere un cuidado especial para que la acidez, los azúcares y los niveles de alcohol resulten equilibrados. El momento de la vendimia es crítico.

A la vista, el Gewürztraminer es un vino blanco que varía de tonos hasta llegar al oro y cobre. Es el más corpulento entre los blancos. Al olfato, su perfume es penetrante y perceptible a distancia. Se distingue por sus aromas que evocan principalmente la exótica fruta china lichi, el pomelo, el melocotón, el mango, las rosas y las gardenias. Y aunque solemos esperar que sea dulce al paladar, muchos de estos vinos nos sorprenden por ser secos. Su sabor no se aleja del lichi y los cítricos. Adicionalmente, nos trae nueces con un leve tono amargo, así como especies como vainilla, canela, clavos y jengibre. Si hacía frío durante la cosecha, los tonos tenderán a ser aflorados y si hacía calor, los tonos serán más afrutados y tropicales. La vendimia de uvas maduras produce vinos más dulces, que resultan excelentes para acompañar postres y frutas frescas.

Los vinos de esta especie pueden disfrutase siendo jóvenes por el equilibrio de los azúcares y los ácidos del néctar. Sin embargo, están también los que aguantan hasta diez años de guarda. Los más secos siguen siendo explosivos y afrutados en el paladar; razón por la cual armonizan excelentemente bien con comidas de alto contenido graso como el cerdo, con las comidas picantes asiáticas y mexicanas, con las agridulces que incluyen frutas como ingredientes, con el curry y con los quesos más cremosos.

En su tienda local de vinos, encontrará los más dulces en la sección de vinos para postre y los más secos en el área regular de vinos blancos. En general, los europeos tienden a producir los más secos y en el nuevo mundo tienden a ser más dulzones.

Gewürztraminer será difícil de pronunciar, pero no difícil de probar. Aunque es un vino que genera extremos de aceptación o rechazo, vale la pena comparar por ejemplo uno de Alsacia con otro de Estados Unidos o Nueva Zelanda, acompañando su riqueza con platillos asiáticos. Se sorprenderá. Tal vez quede prendado… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta

“Una comida sin vino es como un día sin sol”
Jean-Anthelme Brillat-Savarin

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