lunes, 6 de diciembre de 2010

De picnic en Stellenbosch, Sudáfrica

Estamos invitados a disfrutar de los villancicos navideños en los exquisitos picnics y degustaciones de verano que organizan los viñedos de Stellenbosch, al sur de Sudáfrica.  Queda a 40 kilómetros de la encantadora Ciudad del Cabo, desde donde podemos llegar en auto, motocicleta o helicóptero. En esta época, verano, fiestas y vinos representan la trinidad perfecta.

Stellenbosch es la segunda ciudad más antigua de Sudáfrica. Impresiona por la espectacularidad de sus montañas y valles. Su historia vitivinícola asciende a 1679, cuando el comandante holandés Simon van der Stel, no solo mandó plantar grandes extensiones de robles; sino que, previendo el potencial de estas tierras, también decretó la viticultura y las condiciones para mejorar la producción. Tras años de vaivenes y del aislamiento internacional por el apartheid, no es sino en estas dos últimas décadas cuando Stellenbosh, al igual que todas las regiones vinícolas de Sudáfrica, asumen el reto de renovarse, crecer y colocarse entre los mejores productores del mundo. Hoy, son el octavo productor de vinos del planeta y, tras asesorarse con afamados productores franceses y traer vides de otros países, poco a poco están conquistando mercados.

El distrito goza de ricas tierras y de clima parecido al Mediterráneo, cálido, seco, con brisa durante el verano y frío durante el invierno. La brisa aleja plagas y, al no necesitarse pesticidas, favorece la producción de vinos orgánicos.

La ciudad del roble no solo impresiona por su geografía. Su arquitectura tiene aires europeos del s. XIX. A sus alrededores, 140 viñedos y bodegas forman las cinco  rutas del vino de Stellenbosch, las más grandes del país. Allí se producen los tintos Cabernet Sauvignon, Shiraz, Merlot, Pinotage y Cabernet Franc, y los blancos Sauvignon Blanc, Chenin Blanc, Chardonnay y Semillon.

El Pinotage es la uva característica de la región. Fue creada en 1925 por Perold, el primer profesor de viticultura de la Universidad de Stellenbosch, quien cruzó los varietales de Pinot Noir y Cinsault. El producto es un vino con tonos ahumados y de frutas tropicales, ciruelas y frambuesas, que suele ser mezclado con otras uvas.  Aunque en ocasiones ha sido criticado por matices que recuerdan la acetona, un Pinotage excepcional ha sido varias veces galardonado y este año está entre los 100 mejores del 2010, según el Wine Spectator. Se trata del Pinotage Kanonkop, de Simonsberg-Stellenbosch, del 2008, al cual se le otorgaron 91 puntos… Una mezcla exitosa de 45% Pinotage, con Cabernet Sauvignon, Merlot y Sauvignon Franc.  Oscuro  y estructurado, con tonos de grosella negra, café, cacao y regaliz, que resulta mejor si se toma joven.

Mientras la mitad del mundo pasa frío, la otra sale a veranear. En Stellenbosch pueden disfrutar sus vinos, su gastronomía y la vida al aire libre. Una vez llegados a estas hermosas tierras, vale la pena practicar el montañismo, recoger fresas, montar cuadraciclo, bicicleta o caballos, participar de las actividades de los viñedos, los picnics, las ferias, las degustaciones y los conciertos. Formará parte del arte del vino y de una industria que se actualiza y moderniza… ¡al ritmo del vino!

Inés Urdaneta
José Luis Estela

“Viva el buen vino, que es el gran camarada para el camino”
Pío Baroja

No hay comentarios:

Publicar un comentario