lunes, 8 de noviembre de 2010

La bella Italia…

... Donde el amor y la alegría son sinónimos de gastronomía y vinos. La vida se celebra al ritmo del vino y la comida, en compañía de los afectos, la familia y los amigos. Italia es el mayor productor de vino del mundo, está entre los mayores consumidores y también es líder exportador. En Estados Unidos, la uva italiana comparte el 31% del mercado. Milenios de historia vinícola desde estas hermosísimas tierras tienen un gran impacto dentro y fuera del país.

El sabor de sus vinos tintos es muy variado, pero en general, comparten los tonos de frutas negras y los de la tierra, así como los taninos firmes y su aguda acidez, tan afines con las comidas locales. Los blancos tienden a las notas de hierbas y minerales, y su fresca acidez combina excelentemente bien con pastas, salsas, risottos y pescados. El atractivo del vino italiano en nuestras mesas se debe a su equilibrio y su gran versatilidad.

Italia tiene más de mil variedades de uvas autóctonas, sin contar con los clones, las sub-variedades y las foráneas.  Entre las uvas tintas autóctonas más importantes están: Sangiovese, la más sembrada en el país, produce vinos de cuerpo medio a completo con taninos medios y sabores a hierbas, cerezas y vainilla, como los Chiantti y el Brunello di Montalcino; Barbera, el mejor de la región Piemonte, que produce vinos con cuerpo, afrutados y con tonos ahumados y de madera; Nebbiolo produce los famosos de Barolo y Barbaresco, afrutados y perfumados con tonos florales, ácidos y tánicos para platos fuertes; Montepulciano  de la zona central, produce vinos suaves, con tonos de cerezas, grosellas negras y pimienta; Dolcetto o dulzón con sabor vibrante a cerezas.  Otras tintas son el Primitivo, Negroamaro, Aglianico y Corvina.

Entre las uvas blancas autóctonas están: Trebbiano es la más sembrada y a más mezclada, añade sabores secos y agudos;  Cortese que da vinos de cuerpo entero y tonos cítricos y minerales; Arneis da vinos finos y secos con cuerpo, con tonos de melón, peras, almendras y hierbas secas; Graganega que produce el Soave, de buen cuerpo y sabores a almendras, cítricos y miel; además del Greco Bianco, el Verdicchio y la Vernaccia. 

La industria Vinícola de Italia sigue una clasificación tradicional de origen. Sin embargo, son muchos que, produciendo vinos de excelente calidad, no han querido asimilarse al sistema para mantener su libertad de producción. De igual manera, hay quienes desconfían de las Denominaciones de Origen Controlado de Calidad, por pensar que se han otorgado estos reconocimientos en base a criterios políticos. De cualquier forma, los vinos italianos se han merecido su puesto en las mesas de todo el mundo. Casi el 20% de los mejores vinos del mundo, según la clasificación del Wine Espectator 2009, son italianos. (ver http://www.winespectator.com/contentimage/wso/pdf/Top100list2009.pdf). 

Italia es historia, cultura, belleza, alegría, pasión, gastronomía y vinos. Sus cuatro regiones vitivinícolas nos dan la bienvenida, para conocerla, degustarla y bailarla. Desde cualquier rincón que visitemos, podemos saltar a recorrer viñedos, bodegas, bares y restaurantes. El vino cuesta menos que el agua y… ¡vale más!

¡Salute!

Inés Urdaneta
José Luis Estela

“El vino siembra poesía en los corazones”.
Dante Alighieri

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