martes, 14 de septiembre de 2010

El vino y las celebridades

Muchas son las celebridades que explotan sus nombres y abultan sus bolsillos y los de los comerciantes, estampando sus nombres, fotos y logos  en botellas de vino. Las coleccionables con imágenes póstumas de Marilyn Monroe, como el “Marilyn Merlot” puede llegar a costar unos $3,000. También están las de Elvis Presley, the Rolling Stones, Kiss, Barbra Streisand, Jerry García, Santana, Madonna y los más actuales como Jay Z, entre otros raperos, y Paris Hilton que aparece en una lata de Prosecco.

Con la explosión global de la afición por el vino, cada vez conocemos más  famosos que tienen sus propios viñedos.  Muchos los tienen para uso propio, como Sting, Angelina Jolie, Brad Pitt, Johnny Depp, David y Victoria Beckham. Pero otros, han decido aventurarse e invertir en éstos para vender sus productos. En años recientes, la comercialización de vinos provenientes de viñedos de celebridades ha aumentado cerca del 20%. Pudiéramos pensar que se trata de la garantía de mercadeo de un producto “hollywoolizado”, pero sin duda alguna, muchos de ellos tienen con qué competir por su calidad. 

Si bien es posible que una celebridad invierta en este tipo de negocio simplemente porque tiene los recursos, porque quiere diversificar su fuente de ingresos o para deducir impuestos, lo cierto es que en la mayoría lo que más los mueve es su pasión por el vino.

El líder de fútbol americano, Joe Montana, ha ganado reputación por su vino Montangia, creado tras la fusión con Beringer del Valle de Napa. Su vino se vende casi exclusivamente en subastas.  Otro, entre al menos ocho futbolistas estadounidenses, es Mike Ditka, quien posee viñedos en Mendoza, Argentina, y desarrolla el Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Merlot y Pinnot Grigio.

Pensar en los golfistas es igual a imaginarnos su buena vida. ¿Qué tal si la vinculamos con el mundo del vino? Annika Sorenstam, que llegó a ser #1 del mundo, desarrolla un Chardonnay que lleva su nombre. La calidad la garantiza la familia Wente, quinta generación de viticultores. Arnold Palmer y Greg Norman no sólo han sido líderes en el campo de golf, sino también de sus campos de uvas rojas y blancas en el Valle de Napa. Australia también es el foco de Norman.

Cineastas, actores y cantantes no se quedan atrás. Siguiendo una tradición ancestral familiar vinícola, Francis Copola adquirió hace décadas las bodegas Inglenook en el Napa, asumió la producción, la nombró según los nombres de los hijos y sus películas, y alcanzó éxito en este competido negocio.   Madonna, cuyo padre es también viticultor, invirtió en el ramo. Fess Parker, “Perry Mason”, ha disfrutado tener una de las bodegas más visitadas de Los Olivos, California.  Y si hay alguien realmente apasionado por este mundo es el actor francés Gerard Depardieu, que se ha asociado para  producir vinos Viognier de excelente calidad en Francia y tiene viñedos en varios países del globo, en los que se ha involucrado como productor y comercializador.

No importa cuán célebre sean. No es lo mismo vender la imagen en una etiqueta, que aprovechar los medios para producir excelencia.  Hacia allá parecen ir cada vez más.

José Luis Estela
Inés Urdaneta


Donde no hay vino no hay amor”.
Eurípides

No hay comentarios:

Publicar un comentario