sábado, 25 de septiembre de 2010

¡Salud!

Si bien es cierto que el consumo de alcohol encierra sus riesgos, cada vez más se evidencian los beneficios del vino tinto. Aún se investiga el modo en que sus elementos actúan químicamente en nuestros organismos.

Las bondades del vino parecen provenir fundamentalmente de los flavanoides y el resveratrol, encontrados en la piel de la uva tinta. Se ha encontrado que son los responsables de su función como antioxidantes, previniendo el daño molecular y el endurecimiento de las arterias, potenciando el sistema inmunológico, bloqueando la formación de algunos cáncer como el de la piel y el colorectal entre otros, previniendo las cardiopatías, la diabetes, prolongando la vida de las células y, con ellas, nuestra vida. Adicionalmente, el vino se asocia con la disminución del colesterol “malo” y la producción del “bueno”, la prevención o demora de enfermedades como Alzheimer, Parkinson y demencia senil. El vino facilita especialmente la digestión de prótidos (carnes, mariscos y quesos) y, por su contenido alcohólico es además antiséptico, antitóxico, antihistamínico y, además… ¡un reconocido ansiolítico y tranquilizante!

Sin embargo, como dice Jim LaMar, no hay beneficios sin precaución. Su consumo en exceso, así sea de forma ocasional,  es contraproducente para la salud  de los sistemas neurológico, digestivo, cardiovascular, emocional, familiar y social, ya enunciados en nuestra edición pasada. Definitivamente, resulta peor el exceso que la abstinencia.  La clave de los beneficios del vino en personas que no están en los grupos de riesgo, no sólo está en la moderación de la cantidad de vino y el tiempo que se demore en tomarlo, sino también en la consistencia o regularidad. Los beneficios no los produce el vino ocasional, sino el que se consume diariamente en ingestas moderadas en cantidad, y a ritmo lento, junto con la comida fuerte del día.

Se recomienda una o dos copas al día de vino tinto de 12.5º de alcohol, considerando que cada copa contenga 4-5 onzas.  Debido a las diferencias del funcionamiento del hígado entre hombres y mujeres, algunos sugieren una copa para ellas y dos para él. Variables de peso y tamaño afectan distintamente a cada persona. En promedio, las personas saludables metabolizan media onza de alcohol por hora. En general, lo ideal es beber 4 onzas de vino… ¡en una hora!, y con las comidas.
En estas condiciones, las bondades del vino no sólo representan salud para nuestro cuerpo, sino también para nuestra mente. Además, nos ayuda a crear rituales diarios que terminan siendo, más que un peligro, un gran beneficio y un grandioso placer a compartir.

¡A nuestra salud!

José Luis Estela
Inés Estela

"Es la penicilina la que cura a los humanos, pero el vino es el que los hace felices"
Alexander Fleming

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